Cosas que pasan por la calle.

Lunes por la mañana. Invierno.

Salgo a la calle. Al doblar la primera esquina veo un hombre grande y alto, con cara de persona muy ocupada. Intercambiamos miradas. Otro señor lo llama a sus espaldas. Este tiene cara de persona infeliz y cansada.

Cuando el hombre con cara de estar muy ocupado se gira a ver qué quiere el otro, recibe un billete de 20 euros que se le había caído. Sus ojos se llenan de sorpresa, hasta se iluminan un poco, cualquiera diría que ha recuperado la fé en la raza humana. Incluso yo me alegro de ver que los lunes también hay gente honrada por la calle.


Entonces ocurre algo que ninguno de los dos nos esperamos: a cambio de su honradez, el señor con pinta de cansado exige cinco euros de los veinte que le ha dado. Doblo la siguiente esquina.

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